Descubriendo Brasil
Llegamos a Brasil desde Chuy, una ciudad que hace frontera con Uruguay. Viajamos sin dinero, no tenemos mapa, no falamos (hablamos) portugués y no sabemos practicamente nada de este inmenso país, salvo las cosas que hemos ido escuchando por parte de los propios brasileños que fuimos encontrando en otros lugares. Todos sin excepción hacen hincapié en el hecho de que Brasil es muy peligroso y en la cantidad de asaltos que sufren tanto los turistas como los propios brasileños. A esto se le suma las cosas que uno va leyendo en la prensa sobre las favelas, el tráfico de drogas, los niños armados y los policías corruptos, por lo que el nivel de estrés que tenemos es mayor.
Estamos en Río Grande do Sul, el estado mas sureño de Brasil y el plan es recorrer Brasil por la costa hasta el norte para después hacer un pequeño recorrido por el río Amazonas. Al no tener guía tipo Lonely Planet, todas las recomendaciones que la gente nos va dando las vamos anotando para crear nuestra propia guía y conocer esos lugares por las historias y experiencias de sus habitantes. Poco a poco iremos tejiendo nuestro recorrido y conociendo el corazón de Brasil que se caracteriza por la magnífica hospitalidad de sus habitantes. Así que nuestra primera parada es Torres, una pequeña ciudad costera al norte de Porto Alegre. Por que Torres??? Pues porque haciendo dedo en Uruguay conocimos a Fernando y a Larisa que nos llevaron y nos invitaron a quedarnos con ellos en su ciudad. Fernando es funcionario y tiene un trabajo estable para el gobierno, pero en su corazón es un verdadero artista: compone sus canciones, toca la guitarra y canta de maravilla. Larisa cose, canta y es bailarina de ballet clásico. Son una pareja 10. No obstante, la magia de Brasil empezó un poco antes de visitar a esta pareja. Nada mas llegar a Torres com un camionero loco que bailaba ante el volante, nos quedamos esperando a que termine la lluvia para empezar a preguntar a la gente si podemos dormir en su casa. Y así fue como conocimos a nuestra familia brasileña: a Inés y a su marido Pedro com su hijo Gabriel y su novia Grasy. Tienen uma vida sencilla, pero ponen mucho amor a todo lo que hacen. Inés trabaja de dependienta en uma tienda de ropa para tallas XL en adelante. Pedro es carpintero y tiene unas manitas de oro; todos los muebles de su casa fueron hechos por él. Gabriel su hijo estudia informática y es um apasionado de la música; toca el acordeón y canta como un auténtico artista. Gracy su novia es dentista y tiene un brillante futuro por delante. Además su abuelo fue polaco y cuando le entraba la morriña se ponía a entonar canciones polacas, aunque al pobre nadie lo entendía. Nos acogieron en su casa como si fuéramos su propia família, nos dieron techo, comida, ropa y mucho cariño.
Viajar sin dinero tiene sus ventajas y entre ellas es que aprendes a abrirte al mundo y a la gente de manera más intensa y más cercana. Preparar y compartir una comida, lavar los platos después de comer, jugar una partida de cartas y echarte unas risas no tiene precio. Son las pequeñas cosas que le ponen el color a la vida y que muchas veces no valoramos.
Grasy tiene sangre polaca, italiana y brasileña. Pedro es brasileño de orígenes indígenas. No falta tampoco la presencia portuguesa en su árbol genealógico. Y esto es Brasil: una amalgama de razas y nacionalidades. Has visto alguna vez a un japonés brasileño? Aquí encontrarás colonias italianas, alemanas, portuguesas, españolas. Por las venas de los brasileños corre sangre del viejo continente mezclada con sangre indígena y africana. En el estado de Bahía vive el mayor porcentaje de población negra fuera de África. Y esto se debe desgraciadamente al episodio de esclavitud que vivió Brasil trayendo mano de obra gratuita desde África. La esclavitud fue abolida en 1888 y el poeta brasileño Castro Alves denuncio en sus poemas la pésima situación que vivían los esclavos. Los esclavos venían hacinados en barcos en unas condiciones pésimas. Las bactérias ploriferaban contagiando a muchas personas que sufrían de diversas enfermedades como consecuencia de la suciedad y de los cadáveres que se descomponían en el mismo barco. Aquello era un infierno de dolor y hambre. La esclavitud terminó, los negros se convirtieron en hombres libres, pero en la práctica su situación no había mejorado mucho. Algunos terratenientes tampoco querían aceptar la nueva ley y seguían traficando con esclavos clandestinamente. Así fue como ,el Porto do Galinha (puerto de gallinas) recibió su nombre. Cuando llegaba un barco de esclavos nuevo, para avisar decían que ya había gallinas(eslavos) nuevas en el puerto. Por otro lado, muchos voluntariamente seguían siendo esclavos, ya que se vieron de repente con una libertad con la que no sabían que hacer. No tenían educación, no tenían tierras y socialmente eran vistos como una clase inferior. El período de la esclavitud dejó muchos estragos en la sociedad brasileña, hasta el punto de que sigue afectando a la población negra de Brasil significativamente. Por ejemplo, la mayoría de los presos en las cárceles está compuesta por negros y la ley es mucho más intransigente si eres negro que si eres blanco.
Si la policía pilla a un Blanco fumando mariguana (que en Brasil es ilegal) hará la vista gorda, pero si eres negro la probabilidad de que pases unos meses detrás de las rejas es muy alta. La ley no es la misma para los Blanco que para los negros y las desigualdades sociales son una realidad. Cuanto más al norte de Brasil más pobreza hay en todos los aspectos, además que geográficamente hay más negros en el norte que en el sur. Los colonizadores europeos conquistaron las tierras surenas de Brasil y hoy son las zonas más desarrolladas tanto económica como socialmente. Quizás de manera directa nadie quiere admitir los problemas raciales, pero el racismo está vigente en la sociedad.
Viajar sin dinero por Brasil es una maravilla desde el punto de vista gastronómico. Es muy fácil conseguir comida y hay mucha variedad de frutas y verduras. Existe una ley moral que impide que la gente pase hambre; la mayoría de los restaurantes no niegan comida a gente que no tiene para comer. Además, la comida que dan es del día y está fresca. En algunas ocasiones nos pasaron cosas tan surrealistas que al llegar a un restaurante a mitad del día para preguntar si tenían alguna sobra, el camarero nos trato como a clientes corrientes sirviéndonos un plato de la carta. Por otro lado, viajar a dedo no es tan fácil. En la conciencia de la gente está muy presente la inseguridad y la delincuencia por la que está atravesando el país actualmente. Además, en las noticias no falta algún suceso de asalto com cuchillo, arma o asesinato. Por ello, todos los brasileños tienen el concepto de que su país es muy peligroso y se nota a la hora de hacer dedo.
Si tuviera que destacar algo de Brasil, sería la generosidad y la hospitalidad de la gente. Si no tienes dinero y no tienes que llevarte a la boca, no te faltará un plato de comida. Por otro lado la naturaleza de Brasil es magnífica.
Y para terminar algunas recomendaciones.
– VACUNAS. Es importante ponerse la vacuna de la fiebre amarilla y esta está disponible en todos los ambulatorios del país. La buena noticia es que es gratuita. También se puede poner en Perú.
– hacer dedo no es fácil y preguntar en las gasolineras puede reducir las horas de espera.
– comprarse unas havaianas. Sin duda son las mejores chancletas del mundo!!!
Y ahora una pregunta para vosotros. ¿Cual ha sido vuestro ultimo descubrimiento? Algún nuevo país o alguna nueva ciudad?